Una noche en la vida de un paciente de un estudio del sueño

 

Usted llega antes de las 7 p. m., listo para pasar la noche. No, no se trata de una suite en un hotel de lujo con servicio en la habitación, pero tampoco es una habitación esterilizada en la que estará conectado a varios aparatos, donde lo miran de manera penetrante mientras un equipo de expertos médicos lo examina y lo escucha.

 

Si eso es lo que imaginó cuando piensa en un estudio del sueño, estamos aquí para aliviarlo. Es posible que no sea la mejor noche de sueño que haya tenido, pero hacerse un estudio del sueño es una manera crucial que permite diagnosticar trastornos del sueño, como la apnea, que no solo puede ayudar a salvar su vida, sino que puede encaminarlo para gozar de un buen dormir todas las noches.

 

“Hay muy pocas pruebas médicas ambulatorias que requieren que un paciente esté conectado a cables, use pijamas y duerma en un centro médico. Si bien un estudio del sueño difiere de otras pruebas médicas, no tiene que ser intimidante", remarca el Dr. Neil Kline, D.O., médico especialista en medicina interna y en trastornos del sueño, y representante de la American Sleep Association.

 

Los pacientes no se dan cuenta de que dormir en un centro del sueño es muy similar a dormir en un hotel, pero con algunos lujos menos. No obstante, las salas donde se realizan los estudios del sueño están diseñadas para que parezcan habitaciones de hoteles. La mayor diferencia es que estará conectado a cables.

 

Kline expresa que el proceso de estudio del sueño es simple y sencillo. Esto es lo que sucede:

 

  1. Los pacientes ingresan después de la cena y llevan ropa de dormir cómoda, además de todos los elementos de cama favoritos, como una almohada o una manta de su preferencia.
  2. Luego, se conecta a los pacientes a unos 20 cables, que se conectan antes de acostarse y se sujetan con pasta adhesiva, clips y cinta adhesiva. “Si el paciente está en la cama, listo para dormir, los cables normalmente no interfieren con el sueño", explica Kline.
  3. Pueden leer, relajarse o, incluso, ver televisión antes de dormir, ya que muchos centros del sueño tienen televisores en la habitación. Asimismo, se recomienda a los pacientes seguir el ritual previo antes de acostarse y dormirse, tal como lo harían en sus casas.
  4. En el centro del sueño, un técnico especialista en trastornos del sueño monitorea al paciente desde otra sala. El trabajo del técnico es recopilar datos y garantizar la seguridad del paciente. La mayoría de los centros utilizan cámaras infrarrojas y micrófonos para comunicarse con el paciente, si es necesario.
  5. El técnico registra varias señales biológicas que permiten evaluar los patrones del sueño. Estas señales incluyen EEG (ondas cerebrales), EOG (movimientos oculares), EMG (movimientos musculares), EKG (frecuencia cardíaca), movimientos respiratorios y niveles de oxígeno. Después de que se recopilan y procesan los datos, se envían a un médico para su interpretación. Entonces, el médico puede descartar cualquier tipo de trastorno del sueño que pueda necesitar tratamiento. “En general, los estudios del sueño son suficientes para diagnosticar o descartar la apnea del sueño”, afirma Kline. Sin embargo, en ocasiones, es necesario repetir el estudio del sueño si no hay datos suficientes. Y sí, los pacientes en realidad duermen una cantidad significativa de horas durante el estudio. “Es extraño que alguien no duerma en absoluto”, comenta Kline. Por la mañana, se desconectan los electrodos del paciente, quien puede abandonar el centro del sueño. Es importante darse cuenta de que pasar por un estudio del sueño es una experiencia indolora. Si bien tener cables conectados al cuerpo puede ser algo incómodo, la experiencia general no es tan distinta que la de dormir en un hotel, a excepción del servicio en la habitación.

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